noviembre 01, 2006

Halloween o Fiesta de Todos los Santos


Desde hace unos años se ha ido imponiendo la fiesta de Halloween. Una reciente encuesta revela que existe un fuerte rechazo en la población chilena, especialmente en los mayores, pero para las empresas de confites es una oportunidad para acrecentar sus ventas. Truco o travesura te decían unos petizos que no sabían que decían (a veces se sufría su frase en un patético inglés, tal vez una señal que el país es cada vez mas bilingüe diran algunos optimistas). Sin embargo algunos grupos de católicos inteligentemente no trataron de cambiar la fuerza incontenible del mercado, y a cambio ofrecieron darle un sentido mas humano, ofreciendo que los disfrases fueran de animalitos, hadas y ángeles. Un artículo de la prensa de hoy miércoles 1 de noviembre da cuenta de este cambio del chantaje por sonrisas. Es la tendencia que se está implantando en Chile para el "Halloween" o "Fiesta de Todos los Santos" y que se pudo observar ayer en las calles de Santiago. El comercio de dulces y disfraces percibió este fenómeno y decidió lanzar una "línea blanca" que pretende mostrar una imagen positiva a través de figuras que no inspiren miedo en los niños, especialmente en los más chicos.
Para nosotros la fiesta de Todos los Santos tiene un profundo significado, y este consiste en celebrar a nuestros santos. Pero el papa Benedicto XVI fué mas claro: “Es necesario simplemente ‘servir’ a Jesús, escucharlo y seguirlo sin perder el ánimo ante las dificultades”, así respondió a la pregunta "¿En qué consiste la santidad?". El Santo Padre dijo que “los santos no son una exigua casta de electos, sino una muchedumbre sin número” en la que “no están solamente los santos oficialmente reconocidos sino también los bautizados de todo tiempo y nación que han buscado realizar con amor y fidelidad la voluntad divina”.
Más adelante indicó que Dios mismo “nos ha querido en el mundo para que seamos santos. Todo esto no nos debe enorgullecer ni puede hacer que nos consideremos superiores a los otros. Es más, la conciencia de tal elección, que está en la raíz de nuestro llamado a la santidad, debe suscitar sentimientos de humildad y de vivo reconocimiento”. Reflexionando sobre el Evangelio de hoy (San Mateo 5,1-12), el Papa afirmó que “el camino que conduce a la santidad está esclarecido por la luz de las Bienaventuranzas”, con las que “Jesús nos alienta a seguirlo e imitarlo”.