julio 10, 2006

PENSANDO EN ANTONIA ESPEJO


Hace ya 1 año y 4 meses que nuestra hija, la Javi Briceño se enfermó de Leucemia, y hoy después de un largo tratamiento y gracias al amor infinito de muchos amigos, papás del colegio, de la pastoral y del colegio como tal, seguimos avanzando y soñando con esa luz que nos iluminó desde el principio. Con la Javi y su enfermedad pasaron cosas maravillosas y aprendimos mucho de la fe, de la oración y de la fuerza del amor; amor manifestado a través de muchas cosas, donaciones de sangre, visitas, llamados, ayuda en las cosas más prácticas, y también manifestado en la unión de rezar juntos y mantener esa oración por mucho tiempo.

Siento que hemos sido privilegiados al poder conocer a Dios y acercarnos a Él de una manera muy especial, que si bien es cierto que duele en el alma, como es la enfermedad grave de un hijo o de un niño, también hemos podido comprender mejor la vida y sus acontecimientos, ser más sensibles al dolor y al sufrimiento del otro, y a darnos cuenta que uno siempre puede hacer algo por los demás, y que eso no es más que la capacidad que tenemos todos de aprender a ver a Cristo en cada cosa de la vida, en cada pena hay un Cristo que consolar, en cada enfermo hay un Cristo que cuidar, un Cristo que amar, tal como Jesús nos dice en su Evangelio de San Mateo 25, 34-40: “Porque tuve hambre y me disteis de comer; tuve sed y me disteis de beber. Era forastero y me acogisteis. Estaba desnudo y me vestisteis. Enfermo y me visitasteis. En la cárcel y vinisteis a verme” .. “En verdad os digo que, cuanto hicisteis a unos de estos hermanos míos más pequeños, a mi me lo hicisteis”.

Hoy como comunidad nos enfrentamos nuevamente al dolor de un niño pequeño enfermo, la Antonia Espejo Gana, también diagnosticada de una Leucemia, pero con la certeza que el amor, la fe y la esperanza nos unen y nos acercan a Dios, y que Él, el Padre Bueno que nos ama siempre hará lo mejor para nosotros y nos regalará la paz necesaria para caminar.

Tenemos una nueva oportunidad para crecer y para acercarnos a Dios, para descubrir los misterios de su amor y de su cruz, todos podemos ayudar, estar cerca, participar de las cadenas de oración y de las novenas que mes a mes iremos rezando juntos, y entregar todo lo que su corazón les diga.

El proceso de sanación de un cáncer en un niño es un camino muy largo donde es necesario para llegar al final mucho amor, fe y esperanza.

Un cariñoso saludo para la familia Espejo Gana, la Antonia y sus hermanos, deseándoles mucha fuerza, paz y unión.


“En verdad les digo: si tienen realmente fe y no vacilan, no solamente harán lo que acabo de hacer con la higuera, sino que dirán a esa montaña: ¡Quítate de ahí y échate al mar!, y así sucederá. Todo lo que pidan con una oración llena de fe, lo conseguirán”. Evangelio de San Mateo 21, 21-22.


“La oración es la paz del espíritu, la quietud de nuestros pensamientos, el equilibrio de nuestros recuerdos, el mar de nuestra meditación, el descanso de nuestros afanes y la calma en nuestra tempestad”. Jeremy Taylor.


“El amor al prójimo será como la luz matinal al romper el sol en una mañana sin nubes; con ese resplandor, después de la lluvia, brota la hierba en la tierra”. 2 Samuel 23, 4.


Familia Briceño Alvarez
Felipe, Paula, Javiera, Consuelo y Paulita.

1 Comentarios:

  • Confiamos en la pronta recuperación de Antonia y rezamos por ella y su familia, con la fe y la esperanza que con generosidad han compartido Felipe, Paula y niñas.

    By Anonymous Anónimo, at lunes, 10 julio, 2006  

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