diciembre 17, 2006

“Mira que estoy a la puerta y llamo…” (Ap. 3:20)


Queridas familias del Colegio:
Queremos hacer una cadena de oración de mano de los niños de nuestro Colegio, para pedir de manera muy especial por la paz y tranquilidad de las Familias que sufre, y por la salud de Javiera y Antonia.
Por esta razón, les pedimos que recen con la fuerza y esperanza que tienen los niños para pedirle a Nuestro Padre y que junto a ellos extiendan esta oración, a través de una cadena, cadena tocará en lo profundo el corazón de Javiera y Antonia, ya que el poder que tiene la oración es inconmensurable y real. Por favor, impriman esta oración, es su versión tamaño de bolsillo o tamaño carta y péguenla en algún lugar especial de sus hogares.

Cuando recen, oren con amor y devoción, con el fervor de los niños, con el profundo deseo de amar y hacer que se ame el amor, que el amor se manifieste en vida plena:
“Aprendamos a disfrutar de la oración, a sentir la necesidad de rezar varias veces al día, si es necesario y tomando el trabajo de hacerlo. La oración agranda el corazón. Nos permite recibir a Jesús y conservarlo para siempre.
Para que ésta sea fructífera, tiene que venir del corazón y debe tener la posibilidad de tocar el corazón de Dios. La oración significa unirse, durante las veinticuatro horas del día, con la voluntad de Jesús, vivir para Él, por Él y con Él. Basta elevar brevemente nuestra mente hacia Él: “Te amo, Dios Mío, confío en Ti, y te necesito ahora, en este momento”.
A través de oraciones breves, pequeñas como ésta, se pueden obran verdaderos milagros. (Pensamientos inspirados en la Madre Teresa de Calcuta).

Contribuyamos a esta cadena, para que su acción llegue con fe infinita a quienes más la necesitan.